El Círculo Educativo Remolino de La Serena trabaja con un enfoque centrado en el ser humano y el respeto por las infancias, en un sistema en que no hay ramos ni evaluaciones tradicionales, sino un aprendizaje mediado y propositivo.
Se estima que son más de treinta los centros educativos alternativos que se han instalado durante los últimos años en la región, y según cifras de la seremía de Educación, habría 688 menores inscritos en validación de estudios, los denominados exámenes libres. Bajo estos proyectos, sean centros educativos o en homeschool, subyace el entender el proceso de enseñanza-aprendizaje bajo otros paradigmas y metodologías.Uno de estos proyectos alternativos es Remolino, que comenzó hace dos años como una escuela de verano. Hoy ya es un centro educativo y atiende a dos grupos de trabajo de entre los 4 y 11 años. El desafío para el 2020 es que se sumen niños de 13 años en adelante. Además, ya se han constituido en Fundación y esperan ampliar el trabajo hacia las artes escénicas, la investigación y trabajar con la comunidad bajo el interés y respeto hacia las infancias.
La iniciativa nació de la idea de Daniela Araya, educadora diferencial, apasionada de la fotografía que viajó un año por Sudamérica para, entre otras cosas, conocer experiencias de educación alternativa; y de Gabriel Silva, profesor de educación básica, cercano a las artes escénicas, dedicado a estudiar la mediación cognitiva y magíster en Evaluación Dinámica.
Fue en el desarrollo de estudios de mediación cognitiva que Araya y Silva coincidieron e inspirados en el paradigma del sicólogo rumano Reuven Feuerstein decidieron lanzar un espacio con esa mirada.
Un nuevo enfoque
En líneas generales, el paradigma parte de una visión del ser humano como propenso a modificarse y en aprendizaje constante. “Vamos viendo cuáles son los prerrequisitos del pensamiento, que la teoría los llama las funciones cognitivas, para que el niño pueda aplicarlas e ir desarrollando su propia cognición con apoyos mediados”, explica Silva.
Este proceso de mediación entre el estímulo y la respuesta, es desarrollado por los educadores (el centro cuenta con cuatro mediadores: Daniela y Gabriel, además de Felipe que es profesor de música y arte, y Cristian que profesor de educación ambiental). Ellos van tomando decisiones basados en los criterios del sicólogo rumano y de acuerdo a las características de los niños o el grupo.
Es por esto que la observación es una herramienta clave de los educadores, pues dependiendo de las propuestas cognitivas de cada niño y conforme a criterios, como se señaló, esas mediaciones se van complejizando.
Es así que en el establecimiento no existe el concepto de promoción. “Los grupos no se rigen por las edades si no por las capacidades cognitivas de cada grupo”, explica Araya. Así, por ejemplo, en el grupo está pensado entre los 3 y 6 años, hay niños que pueda que sigan ahí o pasen al de niños más grandes por su capacidad reflexiva, vinculada a cómo se relaciona, sus juegos y opiniones. En el caso del grupo de mayor edad, hay actividades en conjunto y otras separadas de acuerdo a intereses, complejidad y abstracción de cada niño.
La observación también es clave en la evaluación, que está centrada en el proceso. Un niño puede demostrar que ha aprendido a sumar mediante el trabajo en la huerta, explica Araya, y no necesariamente en una prueba. “Semestralmente se les entrega semestralmente un informe a la familia, compartido con ellos, lo leemos en conjunto, donde se trabaja en base a las teorías cognitivas de Feuerstein y en base a eso, que observamos día a día” señala.
Preguntas más que respuestas
Un aspecto que relevan los educadores es que no buscan soluciones. A través de las preguntas se promueve a que los niños investiguen y descubran, sin acallar las preguntas y trabajándolas en compañía.
El principal aspecto es trabajar en un curriculum crítico, “donde lo que más nos atenciona son cuáles son las decisiones, su opinión, mostrarle el mundo como un abanico de posibilidades y no como un camino absoluto y que esas posibilidades les permita tomar decisiones también sobre sus propias creencias”, dice el educador.