GALUMPING, Festival de Artes Escénicas para las Infancias. Aportes psicosocioculturales para el desarrollo humano en el Siglo XXI



Nicole Barraza Romero[1]

María José Rojas García[2]

Resumen Ejecutivo

En este documento, se pretende dar cuenta a raíz de la ejecución del Festival de Artes Escénicas para las Infancias: Galumping, de las diferentes aristas que envuelven a la creación de experiencias escénicas para les niñes, desde la perspectiva de una estética respetuosa, amorosa y transcendental.

 

Introducción

Reír, sentir, disfrutar, emocionarse, llorar, gozar e imaginar mundos extraordinarios, aunque sea por un segundo sin miramientos, debiese ser tan natural como realizar cualquier actividad normada de nuestra vida diaria. Tal vez, ese es el problema, las normas establecidas bajo un sistema de creencias sobre lo bueno, lo malo, lo correcto e incorrecto, donde el juicio del otre persigue de manera constante nuestras acciones.

¿Es el arte una manera de reencontrarnos con nuestros sentires? Absolutamente. Las diferentes manifestaciones artísticas propician momentos de aprendizajes significativos, los cuales sin movilización del mundo emocional no se pueden dar. De esta forma, los procesos de creación y las experiencias de lo artístico confieren mundos de significancias y sentidos, lo cual es fundamental en los procesos de integración e interiorización de las emociones.

El artista es el creador de cosas bellas.

Oscar Wilde

 

Galumping, Festival de Artes Escénicas para las Infancias 2022, se presenta como un mágico debate – y desafío a la vez – al que, como sociedad, por nuestros patrones de crianza tratamos de eludir: la infancia, o, mejor dicho, nuestras infancias. Dejar fluir nuestras emociones, arrastrarnos hacia mundos mágicos, vivir la inocencia por instantes, sentir nuestra alma es “casi” cosa de niñes dirían algunos, pero, ¡cómo no! Si como adultes, vivimos en un sistema que nos ha hecho encapsular nuestros sentires, privándonos del niño interno.

El desarrollo de las artes y la cultura en la vida del ser humano es esencial, desde temprana edad. Categóricamente indicamos que es esencial -vital- ya que influyen directamente en todos los procesos psicológicos y de aprendizaje. Tal como lo señala Vygotsky (2006) en diversas investigaciones, “el arte se opone a lo real, apunta a otras realidades, completa la vida y amplía sus posibilidades, revela las contradicciones, surge de la insatisfacción en el vislumbre de otras alternativas y ayuda a la toma de consciencia de lo realmente sustantivo de la vida. La experiencia artística contribuye al enriquecimiento de la mente humana en tanto sus posibilidades de acción y representación, pero principalmente puede aportar al enriquecimiento de los sentimientos” (p.75), de esta forma es posible indicar que las artes escénicas y todas las formas de expresiones de éstas hacen conectar a las audiencias con su mundo personal, interno, emocional, cognitivo; permitiendo constantemente la transformación, crecimiento y desarrollo de nuevas herramientas para incorporar en el día a día.

Hablar de las infancias, trabajar para y con las infancias, educar para las infancias, es un camino pedregoso bajo un sistema que no las estima realmente importantes, y más difícil aún, cuando a eso le sumamos el arte. Los resabios de vivir en un país capitalista, y con un marcado patriarcado, sin duda ha dejado huellas en nuestras formas de pensar, actuar, ver y proyectar la vida. En este sentido, es importante entender el tejido social que se ha ido construyendo en nuestro país, y que hemos seguido reproduciendo con patrones muy marcados en las relaciones de unos con otros.

En nuestro país, la forma en cómo se ha ido desarrollando la cultura y las artes, bajo el alero de un sistema que pregona el beneficio individual por sobre el colectivo, es de muchos claroscuros, que los mismos artistas han sabido y tenido que sobrellevar, y seguir creando pese a las diferentes dificultades sociales. Sin duda, la cultura y/o el arte, socialmente siempre ha sido visto desde un punto de vista elitista, estableciendo de alguna manera quienes pueden acceder a los “bienes” culturales. Junto con darle preponderancia al valor económico de las obras artísticas, existe a su vez un cambio en la visión de cómo se ve y aprecia este, como señala García Canclini, (2013) “La extensión del mercado artístico de un pequeño círculo de “amateurs” y coleccionistas a un público amplio, a menudo más interesado en el valor económico de la inversión que en los valores estéticos, altera las formas de estimar el arte.” p.55 Ahora bien, esta alteración de ver el arte como señala el autor también es parte de los cambios de paradigma que, tomando en cuenta las palabras de Bauman, van de lo sólido a lo líquido.

Como señala García Canclini, (2013) “…estamos también ante un nuevo sistema de vínculos entre las instituciones culturales y las estrategias de inversión y valoración del mundo comercial y financiero.” p.60 por ello crear desde la no pretensión sistémica, resulta un desafío. Resulta interesante ver cómo distintas agrupaciones y artistas, han sabido enfrentar los patrones normalistas de creación artística, y dejarse llevar por lo que los hace fluir como personas, enfrentando de alguna manera a un sistema que los cubre como paraguas. En esta línea, aparece Galumping, tomando además a las infancias como su eje de trabajo desde el arte, entendiendo a les niñes como sujetos de derechos al igual que les adultes, y donde a través del arte rompen los patrones impuestos por un sistema estático, y ambicioso. Bauman, (2014) menciona que “Cuando decía que el objeto se gasta por el consumo no me refiero a que se destruya físicamente…Estoy apuntando a otra cosa: al inevitable decaer del interés, a la pérdida de “capacidad de divertir”, de suscitar deseo y emociones placenteras.” p.21 desde este punto, podemos tomar en cuenta que de alguna u otra manera el mismo sistema, reproductor de patrones, ha impactado en el arte desde la emocionalidad y la propia estética de este, generando una comercialización seriada y fuera de toda creatividad. Sin embargo, los esfuerzos son numerosos por parte de los artistas que, muchas veces, sin mayores recursos financieros escapan de aquellos patrones generando nuevas propuestas artísticas.

Desde el no seguir marcando esos patrones, y por sobre todo fomentando la generación de nuevas miradas desde y para las infancias, la Fundación Círculo Remolino, organizadora del Festival de Artes Escénicas para las Infancias: Galumping, ha generado nuevas formas de tratar a les niñes desde el arte, no infantilizando y reconociéndoles como sujetos de derecho; desde la experiencia escénica tocando temáticas, tal vez difíciles -de acuerdo a lo sólido- para elles, con un relato sutil, amoroso y dedicado. Entendiendo que, las creaciones realizadas por los artistas en el arte en general, pero en este caso específico para las infancias, García Canclini, (2013) entiende que “No se trata de un trasplante, sobre todo en los principales plásticos y escritores, sino de reelaboraciones deseosas de contribuir al cambio social.” p.77 que, sin duda alguna, responden a su vez a las nuevas demandas por el buen vivir social.

En este sentido, y más allá de saber/entender/comprender que nos situamos en una sociedad voraz y ávida de consumo, el arte en sus múltiples expresiones viene a recordarnos lo esencial del ser humano: su alma. Y el festival Galumping, mediante las diferentes experiencias de lo artístico, permiten propiciar momentos y espacios -en el aquí y ahora- que hacen conectar a las audiencias con su historia de vida y su mundo interno individual, y, por lo tanto; nos hace ver el “ser niñe” como un estado del ser humano.

La infancia es tradicionalmente conocida -y reconocida- por las grandes masas como una etapa de desarrollo que comprende el rango etario entre los 0 a 11 años. Sin embargo, desde los diferentes espacios de investigación y creación para las infancias podemos reconocerla como un estado del ser humano -que escapa a lo etario-, que deja huellas en diferentes niveles a lo largo de nuestra historia de vida. Tal como lo menciona Sebastián León (2019) “una manera de entender la infancia es desde la mirada adultocéntrica, según la cual lo infantil es sinónimo de inmadurez, capricho o impulsividad, esto es, como una etapa a ser superada o a un estado de fijación del desarrollo en una persona que aspira a la madurez adulta. Otra manera de comprender la infancia es concebirla como estado mental, o mejor aún, como una experiencia encarnada o una manera de vivir la vida. Se trata, aquí, del arquetipo del niño interno como fuente inagotable de vitalidad, creatividad y autenticidad” p.89.

Sin lugar a dudas, vivimos en una época de transformaciones profundas, en la cual todas nuestras percepciones, sistema de creencias, ideologías, costumbres, entre otras, se han modificado para bien o para mal, pero siempre tratando de perseguir un bienestar, ya sea individual o común, es preferible creer que es el segundo. Vivir en una época – como diría Bauman – “Líquida”, por cierto, no ha sido nada fácil; el apremio de la velocidad del tiempo, de las no rutinas, de no ver lo trascendental y dejar simplemente fluir.

Lo sólido se diluye en el tiempo, pero, ¿qué pasa en el arte? ¿acaso el cambio de épocas ha significado un cambio en las estructuras dramáticas, en la percepción de los artistas, de las estéticas y lo que desean transmitir? O ¿habrá cambiado el público? Tal vez es una mezcla de todas las aristas que involucran los procesos de creación por parte de los artistas, incluyendo la demanda sociopolítica de los públicos. Referirse al arte y la creación artística, es muy amplio, existe una multiplicidad de autores y definiciones de este concepto, que nos sería muy largo de analizar, sin embargo, hay un punto en común, todos llegan a cierta parte del alma. Así mismo, tal como lo indica Howard Gardner (1995), “las artes se relacionan integra y exclusivamente con los sistemas de símbolos -con la manipulación y la comprensión de diversos sonidos, líneas, colores, formas, objetos, contornos y diseños-, todos los cuales tienen la capacidad potencial de aludir, ejemplificar o expresar algún aspecto del mundo” p.234; en este sentido, y desde la estética, Festival Galumping presenta una nueva propuesta escénica para las infancias, no desde la infantilización de los relatos ni mucho menos la caracterización de los artistas para “llegar” a les niñes. Entender que, les niñes no necesitan de la infantilización para entablar un diálogo, y ser capaces de explicarles algún tema “complejo”, es fundamental en esta nueva época de fluidez y cambios, donde les niñes también cumplen un rol importante, y los integrantes de la fundación Circulo Remolino, así lo entienden.

Entablar un relato/guion, alejado de cualquier patrón normalista del arte infantil, no es fácil, menos aún en una sociedad un tanto conservadora y estructurada en la educación artística; alejarse de las pretensiones personales como artista es algo a valorar, en una sociedad individualizada y de consumo. Por ello, es importante recordar el pensamiento de la gran teórica política y filósofa Hannah Arendt, en palabras de Bauman (2014),

 

La concepción del arte de Hannah Arendt no da, por el contrario, ninguna cabida a la ambición del artista. Arendt no entiende el misterio del arte como una apuesta por la inmortalidad individual. La inmortalidad de la obra de arte se revela sólo retrospectivamente, y confirma no las intenciones del artista sino la calidad de su obra: su capacidad para seguir suscitando en el espectador emociones estéticas y disfrute intelectual, un espectador muy distinto al que podía estar dirigiéndose (si lo hacía) el artista que, en su época, pudiera andar buscando reconocimiento y aplauso. Inmortal es la obra que perdura, pero, y Arendt insiste en esto, una obra durará sólo si no está al servicio de alguna función práctica y mundana, si no se convierte en una herramienta o en un recurso para la supervivencia individual hasta consumirse cumpliendo esa función.” p.16

 

Llenar de color, alejarse de lo normado, ver a les niñes como un otre, hablarles temas complejos desde lo lúdico y relacional con los objetos, la sonoridad, el lenguaje corporal y hacerlos partícipes de la experiencia escénica, es parte de la estética y tratamiento artístico para las infancias que responde a los nuevos tiempos y paradigmas, entendiendo según García Canclini (2017), “Sobre todo cuando se trata de arte, encontramos que las construcciones simbólicas son también maneras de imaginar lo posible. La obra artística suele vincularse con lo real a la vez como representación y como simulacro, proyección de conflictos y esquemas de solución” p.149.

La producción simbólica en el arte, es parte esencial en cualquier tipo de obra, más aún en las artes escénicas, donde el mensaje que se transmite y el cómo puede determinar el éxito o fracaso de esta. Sin embargo, al igual que los tiempos, la estética ha ido fluyendo hacia nuevas concepciones y percepciones desde el espectador, y en el marco de las infancias, de espectadores sujetos de derechos que no poseen los tapujos o encuadres patriarcales al decir lo que se piensa sobre algo: les niñes, les mejores críticos.

Por otro lado, tanto en el proceso creativo como en el desarrollo del festival fueron aflorando diversas emociones contenidas -sobre todo en les adultes-, momentos que se transformaron en una oportunidad para viajar a lo largo de nuestra historia de vida, un viaje repleto de experiencias que se materializaron en la realidad; dándole luz al niño, niña, niñe que todes llevamos y cobijamos en nuestro mundo interno. Es ahí donde también surge la reflexión en torno a las heridas de la niñez, que de alguna forma u otra marcan el aquí y ahora del adulte; y que pudiesen repercutir de forma negativa diferentes áreas del desarrollo. Desde esta arista, se hace importante visibilizar la necesidad de sanar el mundo emocional, ya que como señala León “si no escuchamos, acogemos y sanamos la niñez herida que todos tenemos y que encarna nuestra historia real, corremos el riesgo de quedarnos detenidos y congelados en nuestra vida adulta” p.14. Galumping en su versión 2022 se transformó en una gran oportunidad para reconocer -y abrazar- la propia historia de vida, mediante experiencias artísticas que posibilitan movilizar la sensibilidad del espectador, dando paso de esta forma a la posibilidad de liberar heridas de las niñeces y propiciar momentos sanadores del alma.

Un claro ejemplo es la obra de teatro ¡Soy!, presentada en la sala Josefa del Espacio La Gaviota de TeatroPuerto en la ciudad de La Serena. La simpleza y pureza de la infancia, las dinámicas de juego que fomentan el aprendizaje significativo y propician un adecuado desarrollo biopsicosociocultural del ser humano; la magia de crear y de creer, y por lo tanto de aprender. El patriarcado y la heteronorma como imposición social, política y cultural, la pérdida de la imaginación y de la esencia del ser humano. Volver a creer, volver a jugar, ser niñes una vez más. Un viaje marcado de recuerdos, de risas, de juegos, de reconocimiento del mundo emocional, mediante la utilización de colores, texturas, sonidos y movimientos corporales. Esta experiencia escénica creada por el Laboratorio Creativo Remolino junto a la Compañía de Teatro Merkén permitió establecer momentos de reflexión e introspección, en donde fue posible observar en les adultes emociones significativas en torno a la propia infancia y las heridas contenidas en cada historia de vida.

También -dentro de la itinerancia del Festival Galumping versión 2022-, una de las experiencias artísticas que conectó con la sensibilidad de las audiencias fue la obra de danza Las cuatro estaciones, creada por el colectivo de danza Seis Pies. La magia de la primavera, el calor del verano, la frescura del otoño y el frío del invierno -incorporando las piezas musicales clásicas de Antonio Vivaldi como parte de la estética-; el movimiento y la sincronía corporal de coreografías cargadas de simbolismos y sentires inundaron la sala Josefa del espacio La Gaviota de TeatroPuerto en la ciudad de La Serena. Este viaje estacional permitió abrir espacios cargados de recuerdos y memorias en la historia de cada asistente, evocando -en les adultes principalmente- emociones fuertemente conectadas con la niñez personal. Tal como refiere León (2019) “El invierno es adentro de la cama, al interior del útero, en gestación; la primavera es brotar y nacer, salir al aire libre, infancia y juventud, la flor del crecimiento; el verano es plenitud del sol, calor de la adultez, madurez consolidada; el otoño es caída de las hojas, contemplación de los colores majestuosos de la vejez, finitud y muerte” p.54, por ende cada viaje estacional es una invitación a la reflexión en torno al desarrollo biopsicosociocultural del ser humano.

Las experiencias escénicas inmersivas fueron grandes protagonistas, en donde les niñes pudieron ser -y sentirse- parte de la creación artística. La obra Altamar -por ejemplo- de la compañía de teatro Atota, fue pensada y desarrollada desde una perspectiva inmersiva; lo cual sorprendió a las audiencias. En esta experiencia artística, un bote se dirige a la mar junto a niños, niñas y niñes, viviendo infinitas aventuras y adquiriendo diversos conocimientos. En este sentido, se produce un aprendizaje significativo en les niñes, y a su vez se promueven espacios de resguardo para las infancias; entendiéndoles como sujetos de derechos y ciudadanos que pueden expresarse libremente en el aquí y ahora.

Así, la estética va más allá de lo que vemos en la escena artística, es una forma de comunicar y representar pensamientos, causas, emociones, generar conflicto, hacer sentir, pensar, quedarse en el espectador, pero no el artista, si no el mensaje, fuera de toda pretensión artística e ideológica. Una de las experiencias escénicas más representativas en este sentido, es “Awicha” del Laboratorio Creativo Remolino y Artistas Invitades, presentada en Montepatria, Los Vilos y La Serena, con una propuesta simple, amorosa, con un lenguaje cercano para niñes y adultes, además de mucho color, y una temática que nos abraza a todes, la sabiduría y memoria ancestral materna; alejándose de todo resabio patriarcal. De esta forma, el festival Galumping también invita a re-pensar los patrones sociales, políticos y culturales, abriendo espacios reflexivos y críticos; y la posibilidad de cambiarlo todo.

Como se cita en Bauman (2014), ya no “Vivimos en un espacio en el que la estética celebra su triunfo final vaciándose de obras de arte” (2003) p.42, vivimos en un espacio donde las obras de arte son subjetivas, de acuerdo a quien recibe el mensaje, en el que las pretensiones individuales quedan de lado por el bien común de transmitir un lenguaje adecuado a las infancias, lleno de respeto y calidez. Al menos eso, fue un “leitmotiv” evidenciable en la quinta versión del Festival de Artes Escénicas para las Infancias: Galumping. Este cambio, como diría Bauman (2014), de lo sólido a lo líquido, viene marcado por el hecho de que en “…nuestras vidas, la de los hombres y mujeres postmodernos, giran no tanto en torno al hacer las cosas como al buscar y experimentar sensaciones.” p.19, las que la fundación se ha encargado de hacer sentir a niñes y adultes de manera gratuita, dado el financiamiento otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Además, y no menos importante, generar un festival que con cada versión llega a más territorios de la región, permitiendo que niñes de diferentes localidades disfruten de historias, estéticas, lenguajes y emociones pensadas para elles.

Porque, ¿Por qué solo les niñes de las urbes pueden acceder a experiencias escénicas? ¿Será que aún somos una sociedad elitista, donde las grandes obras se ven en los teatros de las ciudades capitales? ¿o nuestra sociedad aún en su subconsciente cree que la cultura se paga? ¿se ha puesto real énfasis en que la cultura y las artes lleguen a los territorios? Son preguntas aún válidas, sobre todo cuando una actividad artística se presenta en los territorios y/o localidades más alejadas de la urbe, y las personas asistentes preguntan el valor de la entrada – con dinero en mano -, o simplemente si pueden pasar a ver la actividad; siendo esta una actividad financiada por el estado, o que se ha promocionado como gratuita.

Al revisar la Política Nacional de Cultura 2017 – 2022, se encuentra dentro de sus principios el de la “Democracia y participación cultural: Equidad e inclusión, personas y comunidades creadoras, participación activa, acceso social y territorialmente equitativo, bien común.” p.34, es decir, existe una preocupación a nivel estatal por descentralizar la cultura y las artes, llegar a los territorios, comunidades y lugares más recónditos de nuestro país. A nivel regional, es visible mediante la generación de proyectos como Galumping la descentralización de la actividad cultural en la región; los esfuerzos son muchos, e incluso de muchos artísticas y comunidades artísticas de la región de Coquimbo, que a través de la autogestión generan programación cultural para los territorios y les niñes.

Es importante que la institucionalidad cultural, nacional o local, sea consciente de los esfuerzos realizados por parte de los artistas y agrupaciones de llevar adelante la actividad cultural a todos los rincones del país, así como también con los medios disponibles para ello, ya que, en definitiva, son los constructores de la gran parte de la actividad cultural. Por lo que, se debe entender, como señala García Canclini (2013) “Las políticas culturales menos eficaces son las que se aferran a lo arcaico e ignoran lo emergente, pues no logran articular la recuperación de la densidad histórica con los significados recientes que generan las prácticas innovadoras en la producción y el consumo.” p.185. Una institucionalidad cultural, que no entiende el cambio de paradigmas, difícilmente entenderá realmente la labor del artista, quien camina en conjunto con una sociedad que día a día se transforma desde sus propios sucesos históricos y emocionales; por lo que también es relevante conocer todas las realidades, y llegar a todos los puntos donde haya un niñe o adulte a quien hacer soñar desde el arte.

En este sentido desde la temática de la descentralización de la cultura y las artes que va en directa relación con las posibilidades de acceso de los habitantes, es importante rescatar lo mencionado por Bourdieu (2010), “Así, por un lado está el hecho de la desigual distribución de los medios de acceso a la obra de arte…y por el otro, el hecho de que el mundo en el cual se produce el arte, por su propia lógica, sea aleja aún más del mundo común.” p.32. Enfrentar estas dos opciones mencionadas por el autor, es un desafío tanto para la institucionalidad como para los mismos artistas, entendiendo en primera instancia que los recursos no son los necesarios para la ejecución de todas la ideas y proyectos de los artistas, así como el acercar desde las grandes urbes de creación artística, el arte a los lugares más alejados.

Desde esa óptica, Festival Galumping, año tras año ha hecho los esfuerzos de recursos y logísticos para entregar las experiencias escénicas a la mayor cantidad de territorios y niñes posibles, dando a entender que por muy lejano a la urbe que se encuentre un niñe este tiene igual derecho de acceso a la cultura y las artes, como cualquier otre. Por lo anterior, es importante rescatar y mencionar las actividades realizadas en el territorio, que por lo demás tuvieron un gran impacto cualitativo, respecto a la estética entregada y emocionalidad provocada en las audiencias.

  • Obra de Teatro Awicha en Montepatria, Los Vilos y Caimanes -localidad rural de la misma comuna-, Sector La Varilla en La Serena.
  • Experiencia Escénica La Vida del Agua en sector Las Compañías, La Serena y Ovalle.

 

Nuestra infancia, y las experiencias relacionales ocurridas en ella; moldean la forma que nos enfrentamos al mundo. Cargamos con heridas internas -familiares, sociales, políticas, culturales- que pueden afectar negativamente la vida del adulte. Tal como lo indica S. León (2019) “los dolores y las heridas afectivas infantiles suelen ser reprimidos, formando una coraza defensiva que nos protege de la vulnerabilidad, con el costo de limitar y rigidizar nuestros vínculos” (p.169), en este sentido, las artes permiten abrazar cada herida emocional, otorgarle un nuevo significado dentro de nuestro esquema cognitivo, transformarla e incorporarla en un nuevo universo de simbolismos y creencias; y de esta forma liberar el dolor del alma. Tal como refiere Vygotsky (1970, 2007):

“Lo invisible no es en modo alguno sinónimo de incognoscible: posee otros caminos para llegar al alma. Lo inexpresable, lo irracional, se percibe por otros conductos, todavía no descubiertos, del alma. Lo misterioso no se aprehende mediante adivinaciones, sino mediante la percepción, la vivencia de lo misterioso. “Lo demás se comprende en el silencio de la tragedia.” p. 354.

El festival de artes escénicas para las infancias Galumping, en su 5° versión 2022, propició experiencias escénicas, de danza, audiovisuales; así como también espacios formativos en torno a las artes y sus diferentes expresiones -taller de teatro para niñes, taller de danza para niñes y adultes, taller de teatro en espacio no convencional para adultes-, además de ciclos de conversatorios; promoviendo el derecho a la cultura en todo el territorio de la región de Coquimbo. El Festival Galumping es ejecutado y gestionado por la Fundación Círculo Remolino, gracias a los fondos otorgados por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en su línea de festivales y encuentros -convocatoria Fondo de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas 2022- durante el mes Julio del año en curso.

Galumping, algo nos invita a jugar.

 

Referencias Bibliográficas

Azagra, A., Giménez, V. (2018). El arte en la primera infancia: propuestas destacables. Revista sobre la Infancia y Adolescencia-REINAD, Universidad Politécnica de Valencia.

Barco, J. (2006). Vigotsky, las Emociones y el Arte. Revista Praxis Pedagógica.

Bauman, Z. (2014). Arte, ¿Líquido? Ediciones Sequitur.

Bourdieu, P. (2010). El Sentido Social del Gusto. Elementos para una sociología de la cultura. (1° edición, 4° reimpresión). Siglo Veintiuno Editores.

García Canclini, N. (2013). Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. (1° reimpresión). Debolsillo.

García Canclini, N. (2017). La Producción Simbólica. Teoría y método en sociología del arte. (11° reimpresión). Siglo Veintiuno Editores.

León, S. (2019). La niñez herida (1° edición). RiL Editores.

Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (2017). Política Nacional de Cultura 2017 – 2022. Cultura y Desarrollo Humano: Derechos yTerritorio.

Vygotsky, L. (1970, 2007). La tragedia de Hamlet & Psicología del Arte. Edición a cargo de Amelia Álvarez y Pablo del Río. Fundación Infancia y Aprendizaje.

[1] Licenciada en Sociología. Diplomada Gestión Cultural para el Desarrollo Territorial. Diplomada Gestión e Investigación del Patrimonio Cultural.

[2] Psicóloga Clínica Infanto – Juvenil, Licenciada en Psicología.

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